"Entonces Añadió: El que tenga oídos para oir, oiga."
(Mc 4:9)
A veces uno recibe mensajes en circunstancias no muy comunes ( descartemos a priori la TV), pero por falta de convicción, voluntad o valor en un mundo de ironia constante(*), no les hace uno caso a estas importantes y trascendentes informaciones que llegan especialmente a nosotros. Yo acabo de recibir un mensaje, quizas W.C. lo envío, al mejor estilo de Michael Landon en "Camino al Cielo", lo cierto es que no estoy seguro si era para mi, o si circunstancialmente lo recibi en el momento incorrecto, talvez no, lo cierto es que el mensaje fue recibido y no le he hecho el más mínimo caso, entonces quizas el mensaje es para que lo transmita y lo comparta con los asiduos lectores de este espacio mágico, bueno también lo pienso luego de que alguién me reprochara el hecho de no haber compartido con el mundo esta lección de vida, por lo que paso a relatar lo que me sucedio una noche de Sabado.
Curiosamente esa noche el rock no se acordo de mi, yo estaba aburrido en casa, decidí ir donde mi madre a arreglar la conexión de su TV, ella habia salido con mi padre "El oso panda" (de él me referire en textos futuros), por lo que ante el vacío del hogar paterno y a lo poco interesante del contenido del refrigerador en menos de 15 minutos ya volvía a mi casa. Estacione y baje de mi auto, aparece un hombre por detras de una de las palmeras que refrescan la calle y antes de que yo llegue a la reja me dice "Ey amigo, por favor", sorprendido lo mire, cercano a los 40, no lucía zarrapastroso ni angurri, si estaba sin afeitarse, pero conociendo a quien escribe, esa observación simplemente no a lugar.
Me quedo parado en la calle y le permito acercarse, me dice "Amigo, dame tiempo, sabes aqui nadie tiene tiempo, pero creo que tu si puedes darlo". Tal interpelación, que era un profundo diagnóstico de nuestra enferma sociedad metalizada (ref: "El día de la marmota"), impidió que pudiera negar lo que él pedía y entendía que era otro momento de esos que tan frecuentemente vivo en Talakanta.
Entonces él prosigue:
- Yo fui locutor de radio por años, trabajé mucho tiempo en la Manantial (1), y un monton de radios más, hasta en la ColoColo trabajé.
Se trataba de una celebridad del micrófono que reclamaba mi atención, y su rostro mostraba pena y frustración. Su mano izquierda sujetaba una bolsa plastica, extendio su mano derecha ofreciendo estrecharla, accedí, y en verdad no tenía las rugosidades y asperesas propias del trabajador de actividades físicas y mecánicas, lo digo a sabiendas que dirán que mi comentario es gay.
- Amigo, necesito $660
Senti su tufada a tintolio, seis pesos más y era diabólico, y mirandolo pensaba en el abuso del macheteo que hay ahora y que me ha llevado a ejercitar mi poca generosidad en modos que no involucren la entrega de dinero, cuando era puber no tenía problemas en pasar $100 a quien lo pidiera en la calle, pero ya cuando en menos de 50 metros 4 personas me pedían la moneda para alentar al cacique, comence a cansarme y ahora la cantidad de dinero que puede costar salir a dar una caminata por el centro del pueblo puede ser carisimo si se otorgara el macheteo a cada personaje que se cruza en tu camino, es más, donde sea que se estacione el auto, o se paga parquimetro o hay un "cuidador" cuyos servicios no se han solicitado pero que al final es mejor pagar, en los supermercados el Hogar de Cristo demuestra lo efectivo de su marketing social, sin considerar la propina al joven empaquetador y el viejito con su plato parado a la salida. Más el punk que vende flores y los raperos que quieren comprar una chela, a y me olvidaba de los bomberos que tienen colecta cada fin de semana, en cada semaforo, de cada comuna, compitiendo con los acrobatas y saltimbanquis callejeros.
Intuí que este personaje pedía plata para copete, pero antes de negar preferí preguntar.
- ¿Para que serían los $660?
- Son para volver a la casa de mi mamá.
Se me hizo el nudo en la garganta, esh que ando shenshible. Luego contó:
- Me estoy quedando en casa de un amigo, el unico que me ha dado algo de apoyo, pero ahora solo necesito ir donde mi mamá. Mira, igual tengo algo para pasar esta noche, llevo una cerveza y un ron. Ron por que se toma más lento.
Mostraba tristeza, se gastó lo que tenía en copete y ahora pedía para irse a casa, lo mire con severidad e iba a darle la cortada.
- No quiero pasar otra noche asi. Es verdad, yo fui locutor, tuve mucho trabajo, tenía polola, casa y auto. Pero todas las puertas se cerraron, ahora tengo nada.
- ¿Por qué?
- Por esto pues amigo - mientras señalaba la bolsa con botellas - Me metí en el trago y fue lo peor que hice.
- Bueno, dejalo y empieza de cero.
- Ya lo hice, tuve un tratamiento, hasta el pellet tengo puesto, pero no pude y volvi. Ahora solo quiero ir donde mi madre.
Los maestros siempre han dicho compasión, él estaba en el camino dificil, metí mi mano al bolsillo y saque unas monedas que le entregue.
- Con esto te alcanza pa' la micro
- Gracias amigo.
Sonrío con los ojos tristes.
-Amigo te doy un consejo y hagame caso - luego friamente sentenció:
- No tome, por que lo pierde todo.
Entonces giró y comenzó a caminar, algo estupefacto yo miré las estrellas, cuando bajé la mirada el ya había desaparecido. Quizas solo fue una visión, lo pierde todo, lo pierde todo, pense, pense en las perdidas de memoria etilica cuando no podia recordar si habia dejado a mi amigo en su casa antes de pasar a comer un completo a las 5 de la mañana, pense en Ivon que tal cenicienta perdió su zapato en un rapto alcoholico, pense en Parkinson y por el vino me quede sin penas ¿las penas también se pierden?
Esa noche de Sabado el rock no me llamó, pero si lo hizo a la semana siguiente y me hice el sordo ante el mensaje que este personaje me dió y creo que seguire sordo un tiempo, pero quizas alguien en este momento necesite esta sentencia,
No tome, por que lo pierde todo.
Notas del Autor
(*) Se agradece el aporte de Pancho en este escrito
(1) la Manantial: Radio Manantial CB 156, radio talagantina propiedad del empresario poderoso de quien se dice tener pacto con el diablo, cuando tenía 10 años participe en un concurso telefónico de esta estación, como premio recibí 2 cajas de gato negro.
(2) Esta historia edificante, moralizante y mamona favor no la adapten a formato powerpoint ni como cadena de e-mail. Encargaré la protección intelectual al conejo zamurai.